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02 agosto 2010

La leche materna

Desde ese  momento indescriptible en el cual conoces por primera vez a tu bebé, nace el instinto de ofrecerle un escudo que lo resguarde,  proteja  y  evite múltiples enfermedades, dotándole de  un perfecto desarrollo por el resto de su vida. Esta fórmula mágica existe desde tu  inicio como mujer, esperando el momento de ser madre para producirse.
La leche materna está preparada a la temperatura óptima que necesita tu pequeño, viene en el mejor envase  que la naturaleza le puede proporcionar, cargado de todas las vacunas desarrolladas por tu cuerpo a raíz  de las diferentes enfermedades por las que has atravesado y  posee varios tipos de células  para protegerlo de infecciones.   Además, tu leche contiene los  elementos  necesarios para que el intestino del bebé, todavía inmaduro, se desarrolle adecuadamente y evite la presencia de diarreas en el futuro; por otro lado,   fortalece el sistema inmunológico contra enfermedades como la alergia, previene la apnea súbita del recién nacido e incluso evita el desarrollo de enfermedades a largo plazo como la diabetes tipo uno y algunos tipos de cáncer.

La lactancia materna otorga a tu bebé  la cantidad exacta de hierro y vitaminas  que necesita, además de una serie de sustancias esenciales conocidas, las cuales  permiten un desarrollo adecuado del cerebro y de la actividad intelectual.

Si estas razones todavía te parecen insuficientes, recuerda que es un método anticonceptivo eficaz, posterga el inicio de la menstruación, permite el  fortalecimiento de tus huesos evitando la osteoporosis y te protege de algunos tipos de cáncer como el de mama y ovario, además quema  una enorme cantidad de calorías que te ayudarán a  perder el peso aumentado durante el embarazo.

 Recuerda que la cantidad de leche producida por tu cuerpo depende de la frecuencia de veces que el bebé se alimenta, si te incorporas al trabajo puedes guardar  la leche en un recipiente apropiado para la congelación y calentarla a baño maría cuando tu bebé lo requiera.  La leche congelada  puede conservarse por  hasta 3 meses después de extraída

Lo mejor de todo es que a más de nutrir y proteger, amamantar transmite una prueba de cariño y fortalece los lazos de ternura entre ambos.  La lactancia es una  verdadera  expresión física y emocional del amor de una madre a su hijo y hasta ahora ninguna  leche comercial ha podido competir con el valor nutritivo de la leche materna.

 Dra. Cecilia Aguilar- Clínica Aguilar

Postgradista en   Pediatría  - Buenos Aires Argentina



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